Hoy me desperté con un dolor super incomodo en el estómago, un dolor muy conocido que no había tenido en meses (o años). O tal vez si lo he tenido ni le he prestado atención. Pero hoy este dolor inmediatamente me trajo recuerdos de lo tormentosa que fue mi relación con mi cuerpo y los alimentos en ciertas etapas de mi vida.
No comparto mucho sobre mi experiencia personal en la relación con los alimentos y mi cuerpo, principalmente porque creo que este espacio no se trata de mí. Sin embargo, creo que es importante compartir nuestra historia cuando puede ayudar a sanar a otros o crear alertas que permitan buscar ayuda. Mi objetivo es visibilizar que ciertas conductas normalizadas, no deberían de serlo y no son saludables.
Creo que todxs (o la mayor parte) hemos tenido luchas con nuestro cuerpo; inseguridades patrocinadas por la sociedad. Yo he tenido miles, incluso estando en un cuerpo que es fácilmente aceptado por la sociedad(normativo). Recuerdo que estos “problemas” empezaron como a los 8-9 años, un poco antes de desarrollar (me toco súper chiquita). Y como sabrás, en esta etapa hay muchos cambios, que no solo los sentís tu, sino que las personas alrededor tuyo tienen que enfatizarlos. Y aunque eran comentarios “positivos”, mi inconsciente solo escuchaba una cosa: “como tu cuerpo se ve es importante y si querés ser aceptada tu cuerpo tiene que verse de una forma específica.” Esto represento muchísimos años de rechazo con conductas que parecían normales, pero ahora que veo atrás son se que son súper dañinas.
Hace como 5 años estaba viviendo en Texas, con mi familia pero lejos de lo que era mi vida “normal”. Me recuerdo que me fui con en noviembre y para enero ya estaba preparada para “por fin cumplir con una dieta” (que triste). Y tal vez ni le decía dieta, pero eran restricciones, body checking excesivo (medir a mi cuerpo) y demasiada actividad física. Ahora entiendo que estaban pasando miles de cambios en mi vida y enfocarme en mi cuerpo era la mejor distracción. Además, me recuerdo que antes de irme de guate un doctor me dijo que eliminará los lácteos para controlar mi acné (no hay suficiente evidencia al respecto). Y pues era otra excusa más para restringir.
Y pues sí, empecé a bajar de peso, nada drástico pero la gente notaba los cambios y eso me emocionaba. Y menciono lo de “nada drástico” porque a veces creemos que una persona debe tener un cambio drástico para experimentar conductas desordenadas de la alimentación, y NO. Las conductas desordenadas de la alimentación (incluso los Trastornos de la Alimentación) pueden darse en cualquier talla y peso, y pasan desapercibidos en una sociedad que aplaude y normaliza estas conductas.
Y entonces mientras todos me felicitaban a mi me daba un ataque de ansiedad si no encontraba los alimentos en my fitnesspal, me ponía a caminar dentro de mi cuarto para llegar al número de pasos en mi fitbit, me sentía culpable si no hacía ejercicios por segunda vez en el día, me gastaba una cantidad ridícula de dinero en suplementos y barritas de proteína (que me gustaban pero no era necesario gastar tanto), medía con mucha tristeza mi peanut butter porque obvio me quería comer más, pasaba “engañando” a mi cuerpo con chicles, cocinaba las versiones “fit” de todas las comidas, no entendía porque pasaba todo el día pensando en comida… y tenía unos dolores HORRIBLES de estómago.
Después de algunos meses en mi dieta que no era dieta, pero todxs ahora sabemos que si era dieta jaja. Pasaba “inflamada” todo el tiempo, con estreñimiento y algunas veces hasta me dolía. Y mi mente obsesiva empezó con los diagnósticos: “es que deplano me volví intolerante a la lactosa y saber si no será el glutén”. O sea, estuve a punto de pedir de esas pruebas online para ver mis intolerancias, que la verdad no sirven de nada. Ahorita me da un poco de risa pero la verdad es que cuando restringís estás tan obsesionada con que todo es la comida y tu cuerpo. Si estas ahí te entiendo, pero también te puedo decir que hay salida.
El punto límite fue una madrugada que me dolió tanto el estomago que quería que me llevarán a la emergencia. Mi digestión estaba tan mal por la restricción y exceso de fibra (si, mucha fibra también es dañino), pero obviamente nadie te dice eso porque esta normalizado. Y porque tristemente muchos profesionales de la salud no saben que restringir y el estrés tienen un impacto directo en la salud gastrointestinal. O sea, yo después de eso fui al doctor y asumió que tenía un estilo de vida saludable, lo que no sabía era que mi “estilo de vida saludable” era demasiado dañino para mí.
Para ser honestxs, muy adentro yo sabía que el problema no era mi cuerpo. Así que empecé a investigar, con miedo de lo que iba a encontrar porque obviamente a mi mente restrictiva no le iba a encantar eso. Y lo primero que encontré, fue un webinar de Marci Evans (una genia), se llama: “When elimination diets aren’t the answer” o en español “Cuando las dietas restrictivas no son la respuesta”. Trata de la relación entre los problemas gastrointestinales y trastornos de alimentación. Que, aunque yo no tenía un trastorno de alimentación si presentaba muchas conductas desordenadas que puedo asegurar que fueron la causa de tantos problemas gastrointestinales que tuve en esta época (y otro millón de cosas obvio). Y eso fue la señal para mi … ¡NO MÁS RESTRICCIONES!
Obviamente, no fue de la noche a la mañana. Implico un largo proceso de mucha introspección, cuestionar mensajes externos y practicar (incluso
cuando tenía miedo). Eso lo vamos a dejar para otro post (lo prometo), pero puedo decirte que han sido años de sanación. Incluso hay días en los que encuentro pensamientos o conductas que puedo retar, porque que la cultura de dieta es así de capciosa.
Y reconozco que mi proceso de sanación se ha dado en un cuerpo privilegiado, que aunque ha tenido cambios, estoy en un cuerpo naturalmente pequeño (aceptado por la sociedad). Hoy entiendo que esto no disminuye mi experiencia, pero que no puedo compararla con los retos (estigma y discriminación) que se enfrentan personas que en su proceso de sanación su cuerpo naturalmente se establece en una talla grande.
Te comparto mi historia con mucho amor (y demasiada vulnerabilidad) para decirte:
Tal vez ahorita no ves la luz al final de tunel, yo se como se siente, pero necesitas empezar a dar esos pasitos de bebé para lograr verla. No tenes porque hacerlo solx, podes buscar ayuda.
Si no sabés por donde empezar, te recomiendo el Colorfood Nutrition Syllabus, una herramienta gratuita, con referencias que pueden ayudarte. Y si tenés dudas y/o necesitas un acompañamiento profesional estoy para ayudarte (: escribime.
Un fuerte abrazo, pao (:
Referencias: