¿Tengo distorsión corporal? y si, si ... ¿qué hago?

Esta es una de las preguntas que más me hacen por las redes sociales. Así que hablemos más sobre la *distorsión corporal*.

La distorsión corporal es básicamente, no ver a nuestro cuerpo (o ciertas partes) como realmente se ven. Creo que ha muchxs nos ha pasado que vemos una foto viejita y pensamos «mi cuerpo estaba «bien» ahí, pero no me sentía así».

Yo tengo la teoría de que TODXS tenemos cierto grado de distorsión, o que tal vez la forma en que nos vemos (y que otrxs nos ven) siempre va estar un poco sesgada. ¿Por qué? Porque cómo vemos a nuestro cuerpo no está en cómo se ve, sino en las creencias, mensajes y experiencias que hemos tenido.

Te cuento un pedacito de mi experiencia. La mayor parte de mi vida pensé que estaba en un cuerpo grande. 

a. Yo se que nunca ha sido así. Excepto cuando era bebé. Mi papá dice que fui la segunda bebé más grande del hospital ese día (un 8 de junio hace 30 años jaja). .

b. Asociaba ser grande como algo malo, porque es lo que el mundo nos dice. Crecí con las princesas de Disney, Barbies y muchos programas donde ser «grande» era castigado (y realmente ni siquiera eran cuerpos grandes).

¿Qué influyó en mi distorsión? 

  • De pequeña siempre era la más alta de mi clase; y mi cerebro solo pensaba «alta= grande= malo». 
  • En mi casa yo era la «gordita» y mi hermana la «flaquita» (apodos que usaban mis papás de cariño).
  • Desarrolle a los 9 años, algo que me hacía sentir super incomoda porque habían demasiados comentarios innecesarios sobre mi cuerpo + activaba comparaciones con mis amigas (que la mayoría desarrollaron algunos años más tarde).
  • Como desarrolle tan rápido me tocaba comprar (a veces) ropa de adulta cuando todavía era una niña. Esto es algo que me impresiona mucho porque yo realmente no era una niña grande (lo digo de una forma muy neutral), si no había ropa de mi tamaño, ¿a cuántas niñas más se les estaba (y esta) excluyendo?
Ahorita mientras escribo esto de la ropa se me vienen flashbacks de mi niñez que no recordaba. Como no encontrar vestidos apropiados para mi edad. No me quedaba la ropa de niña pero no era «apta» para usar ropa de adulta. Y me hace sentir un poco triste de pensar que me sentía tan inadecuada, solo porque mi cuerpo estaba yendo a su ritmo. Recuerdo tanto que una vez mi hermana pequeña, con mucha inocencia me dijo que la ropa de mi hermana grande no me iba a quedar porque mi cuerpo era más grande (mi hermana grande me lleva 8 años). En ese momento yo solo pensaba «mi cuerpo es muy grande = mi cuerpo es malo». 

Todas estas experiencias y mensajes reforzaban mi distorsión, pero lo que más daño me hacía eran tres cosas: body checking obsesivo (chequeo corporal), diálogo interno negativo y las comparaciones. Y esto estuvo presente por +15 años. 

Después de compartir un poco de mi historia, quiero compartirte lo que a mi me ayudó a sanar (podes tomar lo que te sirva, y dejar lo que no). 

Cuando hay distorsión corporal la creencia es que para sanar necesitamos información objetiva de como nuestro cuerpo se ve o no se ve. ¿Cuál es el problema con esto? Primero, refuerza la idea de que cómo el cuerpo se ve es lo más importante. Segundo, puede ser una forma sutil (o no tan sutil) de promover gordofobia. O sea, convencerme a mi misma de que mi cuerpo era (es) delgado me iba a mantener más obsesionada con cómo se veía + reforzaría la idea de que hay cuerpos «buenos/malos».

Entonces, ¿qué me ayudó?

1. Reducir lo más posible el body checking, porque no solo me quitaba demasiado tiempo y energía, creaba una mayor distorsión. Como siempre digo, el body checking es como hacer zoom a una pantalla… la agrandas tanto que distorsionas totalmente la imagen. 

2. Reconocer mis privilegios. Tal vez yo no veía un cuerpo delgado, pero no solo se trataba de mi. La percepción que tenía el mundo de mi cuerpo también era importante. Y no me refiero a los comentarios o juicios, esos (casi) siempre van a existir. Me refiero a cosas como: acceso a ropa, acceso a asientos, atención de salud respetuosa, tener un cuerpo que no es patologizado por cómo se ve, etc. Todo esto no invalidaba mi experiencia pero era una realidad que no podía (ni puedo) ignorar. 

3. Informarme y trabajar en mi gordofobia. Y esto es algo que hasta el día de hoy sigo haciendo. El miedo que acompañaba la distorsión era algo aprendido y que tenía una razón. Era miedo a perder mis privilegios, porque la opresión a cuerpos gordxs es una realidad. (Este punto lo sigo aprendiendo porque no puede quedarse solo en reconocerlo y ya, hay mucho más que hacer).

4.  Cambiar la narrativa. Ver a mi cuerpo como un transporte no un ornamento. Y suena lindo, pero es un trabajo de todos los días, que puedo decir que el día de hoy me permite ver a mi cuerpo con muchísima más neutralidad y agradecimiento.

5. Y última, pero yo diría que la más importante de todas… hacer las paces con no necesitar saber como se ve mi cuerpo *objetivamente*. Ufff esta es difícil pero tan esencial. No necesito saber qué piensa el mundo de mi cuerpo, no cambia mucho mi experiencia (por supuesto que aún me afectan comentarios pero no determinan como se ve mi vida). Tampoco necesito garantizarme que mi cuerpo se ve de xyz para vivir la vida que quiero. 

Es muy probable que en este último punto mis privilegios influyan. Y por eso creo que es tan importante saber que aunque nuestro proceso es personal, también es colectivo. 

Mi experiencia con la distorsión corporal es un poco como esa foto (¿meme?) de facebook donde sale un zapato (y hay unas nuevas creo) y que te preguntan de qué color lo ves. Nunca he entendido como funciona eso pero unas personas lo ven de un color y otras de otro. Pelear porque yo veo el zapato de un color no va a cambiar como las otras personas lo ven, tampoco me va a dar paz. Y puedo pasar horas intentando ver el otro color pero no es como quiero pasar mi vida. Así que decido ver que hay un zapato, pero que el color que yo veo solo es un reflejo de mi experiencia. No hay un color bueno ni malo… un zapato es un zapato.