COVID-19 y el peso... ¿cuál es la verdad?

En época de cuarentena, parece que tenemos más miedo de salir de ella subidos de peso que con coronavirus (o peor aún, nunca salir).

Estamos viviendo una crisis mundial y la verdad es que han sido semanas difíciles para todxs, de diferentes formas; porque, aunque todos vivimos lo mismo, la experiencia es muy diferente. En algún lugar leí esta frase(que me encanto): “No es que todos estemos en el mismo barco; todxs estamos en el mismo mar, pero algunos en barco, otros en yate y otros en lancha.” Y cuando hablo de que la experiencia de cada unx es diferente me refiero a esto en todo sentido: económico, social, personal, etc. Pero hoy quiero hablar específicamente de la discriminación que están viviendo las personas en talla grande o gordas (uso esta palabra sin ningún juicio). Tanto con los memes gordofóbicos, que no son nada graciosos; así como por los medios de comunicación e incluso profesionales de salud, declarando el peso como un riesgo de complicaciones de COVID-19, sin ningún fundamento.

Seguramente has visto varios (muchos) anuncios diciendo que las personas en talla grande tienen que tener más cuidado con el COVID-19. Anuncios alarmistas. Y pues, es muy fácil aceptar este mensaje cuando toda nuestra vida nos han dicho que el peso esta relacionado a la salud. Es un mensaje que hemos internalizado. Pero como siempre digo, la ciencia evoluciona… lo que hace 10 años sabíamos, hoy ya no existe. Imagínate que todavía siguiéramos creyendo que la tierra es plana. En fin, el mensaje de “el peso define tu salud” no es para nada cierto. Es normal si te incomoda este mensaje, a mi también me incomodaba al principio; sobre todo cuando mi carrera básicamente se trataba de decirle a todo el mundo que bajara de peso para estar saludable (obvio ya no es así). 

¿Qué evidencia hay?

De acuerdo a un artículo escrito por Christy Harrison, nutricionista anti-dieta, la evidencia sobre el alto riesgo en personas en talla grande y COVID-19 es limitada y tiene ciertos fallos. De acuerdo a Harrison, “Hasta la fecha, hay tres reportes preliminares que apuntan que un IMC alto es un factor de riesgo en COVID-19: un reporte del Centro de Control y Prevención de enfermedades (CDC), con estadísticas descriptivas de personas hospitalizadas por COVID-19, encontrando que el 48% de los que cuentan con información disponible de IMC, están en la categoría de “Obesidad” (un porcentaje un poco más alto del 42% en todo Estados Unidos). Un pequeño estudio francés que encontró que las personas con IMC de 35 y mayor, tienen mayor riesgo de uso de ventilador. Por último, una carta al editor de la revista de Enfermedades Infecciosas Clínicas, por investigadores de la facultad de medicina de NYU; compartiendo información preliminar de que las personas con IMC de 30 o mayor parecen estar en mayor riesgo de hospitalización y admisión en cuidados intensivos, si tienen menos de 60 años. En personas de 60 años o mayores, el peso parece no tener importancia.”

Christy Harrison menciona como en ninguno de estos artículos se toma en cuenta factores importantes como: raza, estado socioeconómico o calidad de cuidado; los cuales son determinantes de salud que muestran las desigualdades entre grupos de personas.  “El racismo y otras formas de inequidad en nuestra sociedad han sido vinculados a peores resultados de salud, incluyendo mayor riesgo de diabetes e hipertensión (dos factores de riesgo de COVID-19) en personas de grupos oprimidos.”

La conexión del peso y COVID-19

 

Algo que es muy importante resaltar es que «correlación no es lo mismo que causalidad». ¿Qué significa esto? Que es cierto que tal vez hay una relación entre personas consideradas “obesas” con casos serios de COVID-19, pero esto no necesariamente significa que sea la causa.

Un ejemplo un poco más claro de esto es que en Guatemala, según el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, el 63.29% de los casos son hombres. No significa que ser hombre aumente el riesgo de padecer COVID-19, simplemente es una relación. Y por lo mismo, no se esta anunciando que los hombres deberían estar cambiando de sexo solo para prevenir el riesgo de padecer esta enfermedad, sería totalmente ridículo. Tampoco se les esta discriminando o haciendo bromas al respecto. ¿Se entiende?

De lo que nadie quiere hablar

 

Como mencionaba anteriormente, hay factores que no se están tomando en cuenta, como la raza y el nivel socioeconómico… ¿y el estigma de peso?

El estigma de peso es la discriminación que sufre una persona por el tamaño de su cuerpo. Una de las formas más comunes de estigma de peso son los comentarios de la familia, pero hay muchas fuentes: medios de comunicación, la sociedad, ambiente laboral, incluso profesionales de la salud. Y este factor representa una amenaza significativa para la salud física y psicológica de las personas que la padecen. Entre sus consecuencias están: dietas crónicas, comportamientos no saludables para controlar el peso, aumento del consumo de alimentos, evitación de actividad física, estrés, insatisfacción corporal, incluso ganancia de peso.

En otro artículo, Harrison señala que «en el caso de COVID-19, el estrés crónico causado por estigma de peso puede llevar a una inflamación del cuerpo; y la inflamación pre-existente ha demostrado aumentar el riesgo de complicaciones del virus, independientemente si hay “obesidad” presente. Mientras las investigaciones están ligando la «obesidad» con el riesgo de complicaciones de COVID-19, la información no toma en cuenta el estigma de peso o sus efectos residuales en la salud.»

Además, hay que agregar que una de las consecuencias de las dietas crónicas (estar en varias dietas) es el ciclado de peso, el cual es un factor de riesgo para padecer diabetes e hipertensión… dos de los factores de riesgo de COVID-19.

¿Y si el problema no es el peso, sino el estrés que experimentan estas personas por vivir en un cuerpo de talla grande? ¿O los efectos secundarios de los interminables ciclos de dieta?

En resumen...

No hay evidencia sólida para decir que la supuesta “obesidad” aumenta el riesgo de complicaciones de COVID-19, mucho menos que aumente el riesgo de padecer la enfermedad. Y entonces ¿qué hacemos?

  • Dejar de compartir información que estigmatiza a las personas por el cuerpo en el que viven. La razón por la que su cuerpo es grande, pequeño, mediano o cualquier tamaño en el medio, no es tu problema.
  • Denunciar los memes gordofóbicos.  Como dice Raquel Lobaton: “Burlarse de un cuerpo por su tamaño es igual de violento que burlarse de un cuerpo por su raza, por su género o por sus capacidades.”
  • Cuestionar a los profesionales de salud, incluso los influencers que se creen profesionales de salud, al hablar sobre el peso como que fuera un determinante de salud. Peor aún si utilizan el IMC como una herramienta de diagnóstico.
  • Cuidar de tu salud física, mental y emocional… con herramientas que te funcionen a ti. Y pedir ayuda profesional si es necesario. Y muy importante, quitar el peso en esta ecuación.
  • Buscar comunidad que apoye la diversidad corporal; que, en lugar de usar las diferencias como forma de separación, las celebre.
  • Ser compasivx, hacía ti y los demás. Recordá que antes de ser cualquier etiqueta, somos humanxs